De este modo se superan las limitaciones que una paraplejía imponía en la ejecución de determinados instrumentos musicales, como el piano; la férula que acciona los pedales, además permite controlar y modular la intensidad y la velocidad del efecto.
Anteriormente, para aquellos músicos que requería una adaptación similar, existía un sistema más rudimentario, conformado por dispositivos magnéticos, pero menos sensibles que el nuevo artilugio. Un sensor inalámbrico instalado en ese dispositivo, vinculado a un motor eléctrico, permite accionar el sistema de pedales del instrumento.
Este invento ha merecido la atención de la Fundación alemana de Paraplejía, quien ha concedido a la Clínica Universitaria de Heidelberg el Premio a la Innovación 2008, dotado con 15.000 euros.Noticia extraída de Solaridad Digital