Dado el interés que despierta la posible mejora de la parálisis cerebral mediante el tratamiento de células madre, he buscado más información sobre este tema en cuestión y aquí dejo una pequeña introducción junto a la fuente de información.
No obstante, sigo atendiendome a mi opinión sobre de que lo más importante es la calidad de vida que se le da al ser humano, sea cual sea su condición física. Es cierto que nunca debe desvanecer un ápice de esperanza para la mejora de la diversidad funcional, pero también se debe reflexionar sobre los riesgos que las terapias innovadoras pueden conllevar. Por ese motivo, pienso que el énfasis en alternativas curativas no tiene que priorizar ante la disposición de calidad de vida y oportunidad de vivir el día a día sin la centralización de una solución a lo diferente.
No obstante, sigo atendiendome a mi opinión sobre de que lo más importante es la calidad de vida que se le da al ser humano, sea cual sea su condición física. Es cierto que nunca debe desvanecer un ápice de esperanza para la mejora de la diversidad funcional, pero también se debe reflexionar sobre los riesgos que las terapias innovadoras pueden conllevar. Por ese motivo, pienso que el énfasis en alternativas curativas no tiene que priorizar ante la disposición de calidad de vida y oportunidad de vivir el día a día sin la centralización de una solución a lo diferente.
Antígenos Leucocitarios Humanos (HLA)Fuente: webconsultas
Los antígenos leucocitarios humanos (HLA) son proteínas que se encuentran en los glóbulos blancos de la sangre y en la superficie de la mayoría de las células del organismo, cuya función es ayudar al sistema inmunitario a distinguir sus propias células de sustancias extrañas y perjudiciales. Su diversidad es extraordinaria y existe un gran número de posibles combinaciones genéticas. Entre hermanos, la posibilidad de tener un donante HLA compatible es del 25% y, en el caso de los padres, la probabilidad aumenta a no más del 35%.
Por otra parte, en la SCU, además de las células progenitoras hematopoyéticas, existen otras células no hematopoyéticas. Estas células pueden manipularse “in vitro” para modular su expansión y diferenciación hacia linajes celulares predefinidos tales como hueso, cartílago, hígado, páncreas, tejido neuronal, células endoteliales, músculo, piel, células cardiacas, respiratorias, etc... En este campo la SCU tiene ventajas sobre otras fuentes celulares (las células embrionarias y las células madre pluripotentes inducidas) porque su abastecimiento es ilimitado, pueden ser usadas en situaciones autólogas (cuando el donante es el propio paciente) o alogénicas (procedente de un donante no relacionado), necesitan una manipulación mínima y su uso no está sujeto a controversias éticas.
La SCU está siendo objeto de investigaciones dirigidas a su uso futuro en este campo. En la actualidad, en los casos de la diabetes tipo 1, parálisis cerebral, daño neurológico por falta de oxígeno, enfermedades vasculares periféricas y lesiones medulares espinales, la investigación ya ha pasado del laboratorio a la clínica con ensayos clínicos. Se espera que estas células puedan ser también aplicadas en un futuro en enfermedades de los ojos, hígado, sistema nervioso, hueso y cartílago, así como en el infarto de miocardio, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la enfermedad de Parkinson, entre otras. Esto abre un camino para su empleo en la reparación de tejidos u órganos dañados.
Se abre así la puerta a la terapia celular y la medicina regenerativa, conocida como la medicina del futuro.