Algunas de las personas con parálisis cerebral tienen asociados déficits sensoriales o preceptivos, como puede ser la orientación espacial. Hecho que lleva a tener una mayor dificultad en tareas cotidianas como la deambulación urbana o el simple hecho de hacer un lazo.
Curiosamente, un día me empeñé en que un amigo mío jugara al tres en raya conmigo. Esa persona tiene problemas de orientación espacial con lo cual, la dificultad que le suponía entender la dinámica del juego, le hacía oponerse a jugar. Pero ni cabezonería me llevó a idear un esquema de comprensión visual, realizando un paralelismo entre el tablero de tres en raya y la estructura numérica de un teléfono, ya que ambos coinciden en ser un cuadrado dividido en nueve partes.
La visualización previa de un elemento familiar y ya almacenado en la memoria a largo plazo, hacía que los cuadrados del tablero se relacionaran con los botones numéricos, estableciendo así una señalización visual que actuaría de elemento referencial para la posición de las fichas. Es decir, el paralelismo entre ambas estructuras actuaría como señalización de ayuda para la ubicación, utilizando tanto a la memoria a largo plazo como la visual.
Esta dinámica, ayudó a la persona a mejorar la orientación en el tablero. Lo cual puede indicar que el tres en raya puede ser una técnica para mejorar la orientación espacial.
Sin que este artículo pretenda afianzar una hipótesis bastante débil, puesto que sólo ha sido probada con una persona, he querido compartir la experiencia positiva en este espacio.