PsicoVan

Tu mano virtual en Diversidad Funcional

 

Con este relato pretendo hacer llegar la convicción de que, aunque se necesite ayuda para algunas cosas, el timón de la vida lo debe lleva la propia persona.

Así que no dejéis de controlar el barco porque el timón de la vida lo lleva uno mismo independientemente de las limitaciones, coordinándose con el resto de tripulantes que le ayudarán a navegar.

día y noche

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