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Tu mano virtual en Diversidad Funcional

Imagens simbolicaLas próximas líneas no pretenden ser un artículo de ámbito psicológico ni social como suelo compartir, sino más bien una reflexión en voz alta desde un punto de vista personal en relación a un recurso de inserción laborar que me llama la atención últimamente.

Como persona con diversidad funcional con cierta formación superior, como bien sabéis los lectores y seguidores de este espacio, aparte de dedicarme altruistamente al asesoramiento virtual y psicológico, como cualquier persona busco trabajo. Quizás aferrada a la pretensión de ser una más de esta sociedad, no ceso de persistir en la búsqueda de esa inclusión laboral enviando currículums y ampliando mi formación. Siempre consciente, por supuesto, que lo tengo más difícil por mis “limitaciones físicas”  o, mejor dicho, por mis peculiaridades funcionales.

Pero curiosamente, me llama la atención que haya cursos de preparación para buscar trabajo personas con discapacidad y no hayan tantos de preparación para empresas en tema de inclusión laboral,  cuándo, desde mi punto de vista, la implicación en este terreno debería ser de ambas partes.

Si bien creo adecuada una formación en tareas curriculares para nuestro propósito, me pregunto: ¿A cuántos graduados, diplomados, licenciados o ingenieros sin discapacidad les ofrecen realizar estos cursos de preparación? ¿O es que por el hecho de no tener diversidad funcional saben cómo redactar una carta de presentación mejor que nosotros? Habitualmente estos cursos se dirigen a parados de larga duración. En cambio, a nosotros nos lo ofrecen nada más llegar a una empresa de inserción laboral. ¿Por qué?

De acuerdo, hacemos el curso aun teniendo la misma formación que cualquier psicólogo, informático o periodista. ¿Y ahora qué? Las empresas siguen sin contratarte porque no están preparadas, por falta de recursos o por falta de confianza en que puedas ser productivo/a.

Y si el hándicap de la silla de ruedas se va “normalizando”, diles que tienes disartria. ¿Qué? ¿Eso qué es? -  Es un trastorno motor del habla como resultado de una lesión neurológica del componente motor del sistema motor del habla, donde se presenta una dificultad para controlar o coordinar los músculos que usan cuando se habla. Entonces ya no te da tiempo a decir que también tienes espasticidad y que trabajas con ordenador porque ya no te llaman ni para hacer prácticas.

Hechos que hacen patente la ignorancia aun impregnada en el ámbito laboral, donde todavía se relega a una persona con ceguera a trabajar solamente dentro de la Fundación ONCE o a una persona con parálisis cerebral a un centro especial de trabajo u ocupacional, sin importar su formación o capacidades, tan sólo atendiendo a sus limitaciones  o necesidades asistenciales.

Ante esto me vuelvo a preguntar: ¿No son las empresas quienes necesitarían más cursos de formación sobre inclusión laboral y así anteponer las capacidades a las discapacidades?

No obstante, insisto que los primeros que debemos de ser conscientes hasta donde podemos llegar somos nosotros, sin dejar de superarnos día a día pero con la realidad del momento. Del   mismo modo, pienso que una partida presupuestaria destinada a los cursos mencionados al igual que lo hacen con los cursos de riesgos laborales, potenciaría un equilibrio entre ambas partes que facilitaría la inclusión laboral tan nombrada pero poco fomentada actualmente.

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