Vivamos el momento.
Andar, gatear o rodar, poco importa si lo que queremos es volar.
Volar, notar o sentir es lo que nos permitirá vivir.
Vivir, pensar y soñar, en esos pequeños momentos se haya la felicidad.
Felicidad dividida entre el querer y el añorar, a veces dejando escapar lo que importa en realidad.
Realidad inmediata que tenemos que aprovechar, porque por ella merece la pena luchar.
Luchar disfrutando, vivir compartiendo y soñar volando, porque mientras estamos divagando, la vida se nos está escapando.
Escapando de lo que podría ser y bebiendo cada sorbo del instante, gocemos de esta semana santa fragante.