Os dejo esta historia que demuestra una vez más que si queremos, podemos
Kayley Drake es una crack absoluta. Tiene parálisis cerebral y hace 12 años pasó por el quirófano para someterse a una cirugía que la ayudaría a volver a andar. No contenta con eso, ha intentado superar todas las barreras que la impone su propio cuerpo y ha logrado algo totalmente memorable.
La intención de Kayley era correr al menos la mitad de la maratón de Oklahoma. Era su forma de demostrar que podía dar mucho más de sí de lo que otros esperaban. Esta particular carrera conmemora a las víctimas de un atentado que la ciudad estadounidense sufrió en 1995. Es habitual que un grupo de bomberos vaya detrás de los corredores, como forma de respeto a los compañeros fallecidos en acto de servicio ese fatídico día.
Kayley dio el máximo en los entrenamientos para prepararse para el gran día. Empezó la carrera, a su ritmo, y fueron pasando los kilómetros. Pero el cansancio llegaba y las fuerzas la estaban abandonando. Veía como los bomberos se iban acercando a ella: dejar que la pasaran sería como haber fracasado.
Intentó seguir, pero no pudo. Primero los bomberos la animaron con palabras de aliento, pero se cayó de rodillas. Entonces dos de ellos la ayudaron a levantarse, la agarraron por los brazos y la ayudaron a cruzar la meta. Cuando les preguntaron por su gesto, los bomberos dieron todo su mérito a Kayley, que fue quien realmente acabó la maratón. Sin su esfuerzo, su valentía y su superación personal no lo habría logrado.
Fuente: cortaporlosano.com