Dicen que entre algunos mamíferos y la especie humana tan sólo nos diferencia el poder de razonar. Pero paradójicamente, los mamíferos salen del nido o del cuidado de la madre muy tempranamente, en cambio nosotros, que muchas veces nos creemos superiores, tenemos que seguir un proceso de aprendizaje mucho más prolongado y supervisado por los mayores.
Esta supervisión se agudiza en personas con diversidad funcional, creando un vínculo de sobreprotección que muchas veces dificulta la creación de una identidad propia, o por lo menos, ésta es tardía. Lo que implica una menor autonomía de las personas con discapacidad.
Personas que luchan constantemente por la superación de las barreras sociales que, habitualmente comienzan en el seno familiar, impidiendo una evolución ordinaria.
Es cierto que las personas con diversidad funcional muchas veces necesitamos la ayuda de un tercero para realizar algún tipo de tarea, pero eso no impide tomar nuestras propias decisiones, hecho que la familia dificulta por sobreprotegernos. ¿Donde está la línea de la ayuda y la invasión? Ésta cuestión se refleja claramente en el poema de Jorge Bucay: "quiero".
Ese poema da a reflexionar.