Es sabido que, en la mayoría de casos, una discapacidad física conlleva una reducción de la autonomía. Pero… ¿es la discapacidad en si o las deficiencias que la acompañan lo que hace disminuir la autonomía?
Las discapacidades conllevan diferentes grados de afectación, lo cual comporta distintos niveles de autonomía. Al mismo tiempo, las afectaciones o déficits como sabemos, pueden ser de tres tipos principalmente: físicos, psíquicos o sensoriales.
En el presente artículo nos centraremos en los trastornos o déficits motores que pueden presentar las discapacidades físicas, lo cual cada uno de ellos comporta a su vez distintas maneras de reducir la autonomía de la persona.
Es por ello, que es importante diferenciar una discapacidad específica de las peculiaridades deficitarias como ésta es presentada en cada persona, es decir, estará sujeta a las características con que se manifieste la discapacidad o trastorno motor en cada sujecto.
Como he dicho anteriormente, a continuación expongo los principales déficits que pueden presentar distintos discapacidades físicas dependiendo del grado de afectación:
Paraplejia: Parálisis de la mitad inferior del cuerpo, que supone la pérdida parcial o total de la función de las dos piernas.
Tetraplejia: Parálisis del cuerpo que supone la pérdida parcial o total de la función de los dos brazos y de las dos piernas.
Hemiplejia: Parálisis total o parcial de un lado del cuerpo, causada por lesiones cerebrales derivadas de enfermedad, trauma o golpe.
Ataxia: es un síntoma caracterizado por provocar la descoordinación en el movimiento en cualquier parte del cuerpo. Esta descoordinación puede afectar a los dedos y manos, a los brazos y piernas, al cuerpo, al habla, a los movimientos oculares, al mecanismo de deglución, etc.
Puede utilizarse indistintamente para el síntoma de una coordinación defectuosa del movimiento muscular, o para nombrar una enfermedad degenerativa concreta del sistema nervioso de cuantas cursan con tal síntoma. Existe una gran variedad de discapacidades y enfermedades que incluyen este signo clínico.
Apraxia, es un trastorno neurológico caracterizado por la pérdida de la capacidad de llevar a cabo movimientos de propósito, aprendidos y familiares, a pesar de tener la capacidad física (tono muscular y coordinación) y el deseo de realizarlos. Es decir, existe una disociación entre la idea y la ejecución motora (carece del control de acción).
Existen formas diferentes de apraxia:
- Apraxia bucofacial u orofacial: la persona tiene dificultad para realizar movimientos de la cara si se le pide hacerlo.
- Apraxia ideatoria: la persona ya no puede realizar tareas complejas aprendidas en el orden apropiado, como ponerse los calcetines antes de calzarse los zapatos.
- Apraxia ideomotora: la persona ya no puede realizar voluntariamente una tarea aprendida cuando se le dan los objetos necesarios.
- Apraxia cinética de las extremidades: la persona tiene dificultad para realizar movimientos precisos con un brazo o una pierna.
- Apraxia verbal: la persona tiene problemas para coordinar los movimientos de la boca y el lenguaje.
Atonía: se refiere a un músculo que ha perdido su fuerza.
Hipotonía: es la disminución del tono muscular, también se conoce como disminución del tono muscular o flacidez.
Hipertonía: aumento del tono muscular, con aumento de la resistencia al estiramiento pasivo.
Distonía: es una dificultad en el control del movimiento que causa contracciones involuntarias de los músculos. Estas contracciones resultan en distorsiones y movimientos repetitivos. Algunas veces son dolorosas.
La distonía puede afectar solamente un músculo, un grupo de músculos o todos los músculos. Los síntomas pueden incluir temblores, problemas en la voz..
Espasticidad: es un trastorno motor del sistema nervioso en el que algunos músculos se mantienen permanentemente contraídos. Contracción que provoca la rigidez y acortamiento de los músculos e interfiere sus distintos movimientos y funciones: deambulación, manipulación, equilibrio, habla, etc.
La espasticidad está causada habitualmente por daños en las zonas del cerebro o de la médula espinal que controlan la musculatura voluntaria. Suele aparecer asociada a traumatismos del cerebro o de la médula espinal, esclerosis múltiple, parálisis cerebral, hipoxia o ictus cerebral, Enfermedad de Tay-Sachs, algunos desórdenes metabólicos como la adrenoleucodistrofia o la fenilcetonuria. Cursa normalmente con hipertonía, calambres (rápidas contracciones sin movimiento notable), espasmos e hiperreflexia de tendones profundos (reflejos exagerados). El grado de espasticidad varía desde una leve rigidez muscular hasta graves, dolorosos e incontrolables espasmos musculares.
Espasmo muscular: es una contracción involuntaria de un músculo o grupo de ellos que puede hacer que estos se endurezcan o se abulten. Puede darse a causa de una insuficiente oxigenación de los músculos o por la pérdida de líquidos y sales minerales.