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1. Definición de la Psicología Clínica y de la Salud

La Psicología Clínica y de la Salud es la disciplina que aplica los principios, las técnicas y los conocimientos científicos desarrollados por ésta para evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir las anomalías o los trastornos mentales o cualquier otro comportamiento relevante para los procesos de la salud y enfermedad, en los distintos contextos en que puedan tener lugar.

2. Definición del Psicólogo Clínico y de la Salud

Se define al Psicólogo Clínico y de la Salud como aquel que aplica el conocimiento, las habilidades, las técnicas y los instrumentos proporcionados por la Psicología y ciencias afines a las anomalías, los trastornos y a cualquier otro comportamiento humano relevante para la salud y la enfermedad, con la finalidad de evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar o prevenir éstos en los distintos contextos en que se puedan manifestarse.

FUNCIONES

Las funciones del Psicólogo Clínico y de la Salud son variadas, se pueden agrupar en las siguientes actividades, que a su vez requieren determinadas especificaciones.

1. Evaluación

Consiste en la reunión de información relativa a los repertorios conductuales, el funcionamiento cognitivo y el estado emocional de las personas. La evaluación implica frecuentemente a más de una persona pudiendo tomar, a veces, como objetivo central dos o más, como por ejemplo, una pareja, una familia u otros grupos o colectivos. Esta información puede ser empleada para el diagnóstico de problemas psicológicos, la elección de técnicas de intervención y tratamiento, la orientación vocacional, la selección de candidatos a un puesto de trabajo, la emisión de un informe pericial, la elaboración de un perfil psicológico, la obtención de datos complementarios a una evaluación previa, la selección de participantes potenciales en un proyecto de investigación psicológica, el establecimiento de una línea-base de conducta con la que comparar cambios postratamiento y otros numerosos propósitos.

En general, los instrumentos más usuales son algún tipo de test, cuestionarios, entrevistas, observaciones y aparatos psicofisiológicos. A menudo estos procedimientos se utilizan en combinación, constituyendo una batería de pruebas o una estrategia de medida múltiple.

2. Diagnóstico

Consiste en la identificación y rotulación del problema comportamental, cognitivo, emocional o social, de la persona, grupo o comunidad de que se trate. Debe entenderse como "resultado" del proceso de evaluación psicológica. En el ejercicio de esa función, el psicólogo clínico y de la salud habrá de tomar decisiones, entre las que hay que destacar las siguientes:

-          Decisión sobre si se trata de un problema que cae dentro de su competencia o no.

-          Decisión sobre el grado de severidad o gravedad de las primeras informaciones que se ofrecen del problema.

  • Diagnóstico, si procede.
  • Especificación del problema en términos operativos.
  • Indicación del tratamiento.

3. Tratamiento e Intervención

El tratamiento supone intervenciones clínicas sobre las personas con el objeto de entender, aliviar y resolver trastornos psicológicos: emocionales, problemas de conducta, preocupaciones personales y otros. Se entiende que todo tratamiento o intervención supone algún tipo de relación interpersonal y situación social. Estas formas de ayuda pueden denominarse psicoterapia, terapia o modificación de conducta, terapia cognitiva (o cognitivo-conductual), terapia psicoanalítica, terapia sistémica, terapia existencial (fenomenológica o humanística), consejo o asesoramiento psicológico, o puede todavía reconocerse con otros nombres dependiendo de la orientación y preferencia del clínico.

La prestación del tratamiento puede ser en aplicación individual, en pareja, o en grupo, y ser llevado por uno o más psicólogos constituidos en equipo. Los clientes pueden ser pacientes externos o pacientes internos (residentes en una institución).

La duración del tratamiento suele ser por lo general entre cinco y cuarenta sesiones (comúnmente a razón de una o dos por semana), pero también pueden ser tan corto como una sesión y tan largo como que lleve varios años.

Los objetivos del tratamiento (convenidos con el cliente) pueden concretarse en la solución de un problema específico, proponerse la reconstrucción de la personalidad, o algún propósito entre estos dos extremos.

En algunos casos, la actividad del psicólogo clínico y de la salud ha de ser entendida como intervención, más que como tratamiento en el sentido estricto. Se trata en este caso, de un conjunto de acciones destinadas a resolver un problema (previamente identificado y analizado) de forma indirecta. Como por ejemplo, modificar los flujos de información en una sala médica para reducir los niveles de ansiedad de los enfermos, ejecución de una campaña de sensibilización de una comunidad para aumentar su participación en programas de prevención, etc.

La intervención puede consistir igualmente en organizar una sistemática para el estudio y conducción de los factores individuales, ambientales y relacionales, que puedan favorecer y/o perturbar la calidad del proceso de adaptación a la enfermedad. Esta función implica objetivos como:

  • Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en la calidad de la atención recibida por el paciente.
  • Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en el bienestar de los pacientes durante su enfermedad.
  • Identificar los problemas psicosociales causados por la enfermedad (diagnóstico, curso, tratamiento y recuperación).
  • Diseñar y ejecutar programas de tratamiento de las disfunciones psicosociales que acompañan el proceso de enfermar o a la propia hospitalización y tratamiento correspondiente.

Esta función incluye el diseño y la realización de programas de ajuste a la enfermedad crónica, programas de preparación para la hospitalización, programas de entrenamiento para afrontar el proceso de hospitalización y conseguir una buena adaptación, que pueden ser de carácter general o referidos específicamente a determinados acontecimientos diagnósticos o de tratamiento especialmente estresantes (por ejemplo, programas de preparación para la cirugía, programas para procedimientos diagnósticos invasivos como biopsias, endoscopia, arteriografía, etc.).

 

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Definición

La PSIS es una actividad profesional de una de las ramas de la psicología que en su evolución histórica surge como respuesta a la necesidad de analizar y actuar sobre los problemas de las interacciones personales en sus diversos contextos sociales. Su continua acción, reflexión e investigación tiene como principal marco de referencia la Psicología Social, la Antropología, la sociología y otras disciplinas afines. Los problemas que afronta tienen que ver con los múltiples niveles y con los procesos complejos que encierra la relación entre el individuo y su contexto social, especialmente con los procesos que tienen que ver con la forma en que las necesidades individuales y colectivas son satisfechas en ese medio social. Lejos de definir los problemas desde un análisis individual, la PSIS ha ido desarrollando procedimientos e instrumentos para tratar de evaluar e intervenir sobre procesos sociales complejos y dinámicos que aborden no sólo el componente individual y/o grupal sino también las estructuras sociales, políticas, económicas, etc., que lo envuelven y le dan sentido.

En el caso de la intervención social los esfuerzos se dirigen hacia enfoques que buscan el desarrollo en personas, grupos y comunidades de las necesarias habilidades y competencias para analizar mejor su realidad social y buscar las soluciones más adecuadas.

En este sentido, cabe hablar de los objetivos de la intervención social como aquellos que consisten en reducir o prevenir situaciones de riesgo social y personal, ya sea mediante la intervención en la solución de problemas concretos que afectan a individuos, grupos o comunidades aportando recursos materiales o profesionales, o mediante la promoción de una mayor calidad de vida. Esas situaciones de riesgo están referidas, cuando hablamos de intervención social, a la falta de cobertura de necesidades humanas muy básicas que se encuentran directamente condicionadas por el entorno social: necesidades de subsistencia, convivencia e integración social, participación, acceso a la información y a los recursos sociales, igualdad de oportunidades, no discriminación, no exclusión social, etc.

Por la complejidad de los objetivos de la intervención social se debe destacar que ésta requiere un abordaje interdisciplinar en el que las relaciones del psicólogo con los trabajadores sociales, abogados, sociólogos, economistas, y otros profesionales se convierten en un factor esencial para el alcance de sus objetivos.

 

Funciones

En el ámbito de la PSIS el psicólogo desarrolla las siguientes funciones:

1. Atención directa

Donde el psicólogo interviene directamente con la población objetivo de los servicios para evaluación, orientación y/o solución de problemas. Esta atención directa puede realizarse de formas muy diferentes según se trate de atención directa a individuos, grupos o comunidades.

La orientación que la atención directa tiende hacia la construcción de habilidades, competencias y recursos que permitan al destinatario de la intervención enfrentar sus problemas con mayores posibilidades de éxito.

2. Asesoramiento y consultoría

Como uno de los rasgos más distintivos de la intervención social, destaca esta función profesional en la cual el psicólogo realiza un trabajo dirigido no al cliente de los servicios, sino al personal o a la dirección de programas o servicios, respecto de su funcionamiento, implementación, opciones alternativas, superación de crisis. Se trata de una intervención indirecta en la cual el psicólogo de la PSIS intenta obtener un efecto multiplicador al orientar y asesorar a aquellos que están en contacto con la población objetivo.

3. Dinamización comunitaria

Desde el modelo comunitario aparece la intervención del psicólogo que persigue una mayor conciencia de comunidad y la dinamización del potencial de recursos de ésta. La posibilidad de reconstruir un tejido social más solidario creando flujos de apoyo en la comunidad, la promoción de movimientos asociativos, el impulso a la generación de proyectos nacidos de las propias necesidades de cada comunidad, etc., suponen en la actualidad un tipo de intervención muy relevante en la PSIS.

4. Investigación

Una función necesaria es la realización de prospecciones, estudios y trabajos de investigación que contribuyan al avance del cuerpo de conocimientos que sustentan esta actividad profesional. A partir del importante peso relativo concedido a las técnicas de investigación dentro del curriculum formativo del psicólogo, éste se encuentra en una situación privilegiada para desarrollar este tipo de labor en un campo que plantea excepcionales retos debido a la compleja red de factores que se encuentran actuando en cualquier problemática social.

5. Planificación y programas

La intervención social es de gran complejidad, atendiendo a los fenómenos sobre los que actúa. En este sentido, se hace necesario un trabajo de planificación y programación para alcanzar el óptimo grado de estructuración de los componentes de la intervención (definición de la población destinataria, objetivos, creación de servicios, recursos, etc.).

6. Evaluación de programas

La evaluación de programas se refiere al estudio sistemático de los componentes, procesos y resultados de las intervenciones y programas. En este caso, la formación del psicólogo en técnicas de evaluación y diseño, junto al conocimiento del ámbito concreto de trabajo, le permite obtener una posición ventajosa para realizar esta función esencial a cualquier programa.

7. Dirección y gestión

Dentro de las estructuras de servicios y programas de intervención social los psicólogos también se han ido incorporando a los niveles de dirección y gestión, tanto en la Administración como en la iniciativa privada.

8. Formación

Como en otros campos de la psicología aplicada el psicólogo diseña y realiza actividades formativas.

 

Procedimientos, Técnicas e Instrumentos

Además de las técnicas y procedimientos que comparte con los profesionales de otros campos de la psicología aplicada, se pueden destacar algunos aspectos metodológicos que caracterizan específicamente este ámbito.

1. Intervención grupal

En la PSIS el psicólogo trabaja frecuentemente con grupos para alcanzar objetivos que únicamente con esta metodología son posibles. Se trataría de intervenciones centradas en la ayuda mutua, desarrollo de la solidaridad, participación ciudadana, competencia para el análisis de situaciones y tomas de decisiones que afectan a un colectivo, habilidades de trabajo en equipo, etc. Las técnicas de intervención grupal permiten al psicólogo desarrollar objetivos de organización y dinamización comunitaria.

2. Intervención y terapia familiar

El grupo familiar se convierte en escenario frecuente del trabajo del psicólogo. En este caso, existen múltiples conexiones con los modelos de intervención familiar que desde la psicología clínica se han planteado, aunque adaptándolos a los objetivos sociales propios de este ámbito. Un aspecto que atrae especialmente es el que se refiere a la necesidad de realizar evaluaciones del grupo familiar (como en los casos de desamparo infantil) para llegar a elaborar juicio de capacidad o competencia de la familia para cumplir con sus obligaciones. Otro tanto cabe decir de las intervenciones en sectores como la tercera edad.

3. Técnicas de mediación

Partiendo de que es consustancial a este contexto de intervención la aparición de situaciones donde entran en conflicto los intereses de distintos grupos o personas, el psicólogo debe utilizar las técnicas de negociación y mediación que le permitan reducir este tipo de conflictos sociales y avanzar en la resolución de problemas.

4. Técnicas de evaluación e intervención ambiental

Como es lógico, la concepción de lo social como una parte del ambiente que rodea a todo individuo, ha permitido a los psicólogos de la intervención social incorporar técnicas y procedimientos desarrollados desde la psicología ambiental que resultan idóneos para su trabajo. Los modelos ecológicos y las técnicas que de ellos han ido derivando, como es el caso de ecología social de Moos, la psicología ecológica de Barker, o la ecología del desarrollo de Bronfenbrenner, han supuesto una fuente importante de recursos para diseñar y programar intervenciones.

5. Técnicas de investigación social

Esta metodología encuentra un campo de aplicación importante en la PSIS. Las encuestas, los grupos estructurados, paneles de discusión, el método Delphi, los indicadores sociales, los inventarios de recursos, entre otras muchas técnicas, permiten al profesional de la PSIS cumplir con sus funciones de investigación y evaluación.

 

Ámbitos de Actuación

1. Intervención con la Comunidad

Siguiendo las características que plantea el modelo comunitario en otros ámbitos como la salud o la educación, la intervención con la comunidad se plantea la meta del incremento del bienestar social y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que la componen. El psicólogo trabaja orientado por la finalidad de una promoción de la competencia de la comunidad para analizar sus problemas y generar recursos para superarlos. Se desarrollan trabajos de investigación social, dinamización de grupos, consultoría, etc., desde una perspectiva preventiva y proactiva. Un aspecto importante tiene que ver con la intervención sobre los factores que facilitan fenómenos como la exclusión, discriminación, racismo y xenofobia.

Como una de las finalidades más importantes de la intervención con la comunidad se debe destacar la prevención, focalizada en grupos de riesgo o grupos relevantes con respecto al problema del que se trate.

Uno de los contextos de trabajo más relevantes para los psicólogos en este sector son los servicios sociales comunitarios, si bien en este caso el trabajo con la comunidad se complementa con la atención directa a los ciudadanos.

2. Familia e Infancia

El objetivo general de la intervención de los psicólogos en este área es el desarrollo de los derechos de los menores de edad, velando por las condiciones que deben potenciar su desarrollo y protegiéndole del impacto de situaciones adversas que lo amenacen (malos tratos, abusos, etc.)

El psicólogo interviene en este sector y en los diferentes tipos de recursos que se instrumentan para cubrir las necesidades de la infancia. En un primer momento, el psicólogo aborda junto con otros profesionales con los que forma equipo los casos en los que existe posibilidad de situaciones de riesgo o desamparo, investigando y evaluando la veracidad y el alcance de la situación. En el caso de que exista un riesgo importante para los menores se debe valorar la intervención idónea que puede consistir en alguna de las siguientes alternativas:

Intervención familiar

Cuando existe la posibilidad de trabajar con el grupo familiar para superar la situación de desprotección del niño. El objetivo del psicólogo puede ser el trabajo para el desarrollo de habilidades de cuidado y educación de los hijos, la integración de la familia en redes de apoyo social, la mejora de las relaciones personales del grupo familiar, la conexión con otros recursos sociales, etc. 

Acogimiento familiar

Cuando se debe tomar la medida de separación temporal del niño con respecto a la familia, las nuevas orientaciones en este sector están promoviendo que se realicen mediante acogimientos familiares que permitan al sujeto de la intervención mantenerse en un contexto de desarrollo normalizado. Esta medida plantea la necesidad de un intenso trabajo para el psicólogo tanto en la evaluación de las familias acogedoras, como en la disposición del niño, y lo que es igualmente importante, en el seguimiento del acoplamiento que debe producirse entre ambos. Una parte importante en este proceso es el asesoramiento a las familias sobre las posibles incidencias que vayan ocurriendo en este proceso de adaptación, que complementa la formación que inicialmente han debido recibir.

Adopciones

Cuando la adopción es posible el psicólogo realiza igualmente una evaluación y dictamen de idoneidad de los adoptantes que permita el ajuste óptimo con el niño, así como el correspondiente seguimiento y asesoramiento.

Acogimiento residencial

El trabajo en residencias de menores ha sido uno de los ámbitos más tradicionales de los psicólogos. En la actualidad los objetivos profesionales con respecto a estas medidas se orientan hacia la evaluación de los niños que ingresan en residencias, el seguimiento de su desarrollo en el periodo de estancia, la intervención en problemas de desarrollo que puedan plantear y el apoyo técnico a los educadores en sus programaciones e intervenciones con los niños.

3. Tercera Edad

Como sector de población definido como las personas mayores de 65 años, este ámbito es por razones demográficas y sociales uno de los que mayor proyección están presentando para los profesionales de la psicología, aglutinándose en la actualidad en torno a nuevos conceptos como psicogerontología o gerontología social. El enfoque en el que la vejez era caracterizada fundamentalmente por un declive y deterioro generalizado, ha ido cambiando hacia una visión de esta etapa de la vida como un reto adaptativo que cada persona supera de forma diferente en función de un conjunto de factores muy heterogéneos.

El fomento de la independencia y autonomía del individuo, de su participación en la vida social, la solución independiente de sus problemas, y la permanencia de las personas mayores en su domicilio y entorno habitual son recomendaciones que han sido enfatizadas por diversas organizaciones y asambleas internacionales referidas a la gerontología social.

El psicólogo ha pasado a tener un papel relevante en la intervención con las personas mayores desde esta perspectiva del envejecimiento como una etapa evolutiva especialmente importante en el que la calidad de vida se ve especialmente amenazada. El objetivo es ayudar en este proceso adaptativo tanto con intervenciones sobre el propio sujeto como con su entorno familiar o de convivencia.

4. Deficiencias, discapacidades y minusvalías

Se trata de uno de los sectores con mayor trayectoria en la PSIS y se compone de muy diversas problemáticas en las que el denominador común es la discapacidad del sujeto y su repercusión social en cuanto a la igualdad de oportunidades y la integración social. En este ámbito el psicólogo ha buscado la integración al entorno familiar, social y laboral, desarrollando al máximo las capacidades del sujeto y, al mismo tiempo, diseñando y ejecutando programas que fomentan la aceptación, sensibilidad, flexibilidad y relación de ayuda de la sociedad con respecto a todo tipo de discapacidades.

Tanto en el caso de discapacidades físicas, como en el de las psíquicas o sensoriales, los psicólogos tienen una función de diagnóstico muy importante. Bien entendido que este diagnóstico, en la actual orientación teórica del sector, trasciende con mucho la valoración de la patología individual, que debe ser complementada con una rigurosa valoración de las repercusiones sociales que conlleva. Es necesario valorar las condiciones sociales del entorno del sujeto, sus recursos personales y familiares, el impacto de su discapacidad sobre sus posibilidades educativas, laborales o de relación, etc.

En cuanto a la intervención, realiza orientaciones y tratamientos para la superación de los problemas personales asociados a la discapacidad. Participa en programas de estimulación temprana desde un enfoque más preventivo con los niños y en programas de rehabilitación, cuyo auge en la actualidad va abriendo paso hacia la llamada psicología de la rehabilitación como una disciplina orientada a la superación de los citados problemas mediante programas concretos de intervención tanto individual como grupal.

También desarrolla un papel muy importante en las residencias y centros para discapacitados donde el psicólogo además de evaluar e intervenir con los individuos o con el grupo, realiza una tarea de apoyo al personal de atención directa del centro (educadores, monitores, etc.).

Los centros ocupacionales y la inserción sociolaboral configuran otro importante contexto de actividad profesional en este sector, en el cual el psicólogo busca la adaptación óptima entre las capacidades y habilidades de cada persona, teniendo en cuenta el grado de discapacidad, y las tareas y puestos de trabajo.

Entre otras muchas actividades merece destacarse el papel del psicólogo en su trabajo con asociaciones como las de familiares de discapacitados, cuya iniciativa está impulsando nuevos proyectos y recursos. El papel de apoyo a estos movimientos asociativos combina el conocimiento del sector de las discapacidades con las técnicas de grupo y dinamización de actividades. Igualmente es de destacar la fuerte presencia de algunas organizaciones no gubernamentales en este sector, desde las que trabajan numerosos psicólogos.

Finalmente no debe olvidarse el papel del psicólogo en la puesta en marcha de programas de cambio de actitudes de la persona no discapacitada, programas que pretenden posibilitar la integración en los distintos niveles laboral, escolar, comunitario, etc., de la persona con algún tipo de discapacidad.

5. Mujer

Las políticas de acción social en favor de la igualdad de oportunidades de las mujeres surgen y se desarrollan en España a partir de la década de los ochenta. A fin de conseguir que el derecho a la igualdad recogido en la legislación se materialice, las Administraciones Públicas emprenden una serie de medidas que, frente al asistencialismo y la acción puntual y reparadora característica de épocas anteriores, se plantean la promoción de la mujer y la prevención de la desigualdad como criterios básicos de intervención.

Dentro de este contexto, comienzan a surgir en el ámbito de la intervención social programas específicos de atención a la mujer y se van consolidando unas estructuras técnicas con personal propio adscrito a esta tarea, cobrando la figura profesional del psicólogo un papel relevante dentro de estos equipos de intervención.

6. Juventud

Desde hace tiempo las políticas sociales vienen reparando en la importancia de un sector de población como la juventud que en la actualidad está sujeto a importantes cambios con respecto a su rol social. La transición que en el pasado se venía realizando sin solución de continuidad entre la educación y el mundo laboral, en la actualidad se está alargando de tal manera que este periodo evolutivo cobra una nueva importancia. La integración familiar, escolar, la citada transición e incorporación al mundo laboral, el acceso a la información y a los recursos, la intervención sobre problemas cuya mayor incidencia se encuentra en estas edades (riesgo de drogodependencias, hábitos saludables, educación sexual, etc.) son algunos de los objetivos esenciales en este sector.

El psicólogo desarrolla en este contexto un trabajo de apoyo potenciando iniciativas orientadas a ayudar al joven en la ocupación de su tiempo libre de forma constructiva, promoviendo asociaciones y colectivos y trabajando desde las estrategias de animación cultural. Se deben destacar también los programas específicos de técnicas de búsqueda de empleo y orientación profesional, que faciliten el acceso al mundo laboral.

7. Minorías sociales e inmigrantes

El papel del psicólogo en este amplio sector se dirige hacia la adquisición por parte de estos colectivos de las habilidades personales precisas que garanticen una mayor integración en su entorno, desarrollando sus propios recursos personales, para lo cual son importantes tanto las técnicas de trabajo grupal como individual. Otro nivel de actuación muy significativo es el de trabajo familiar, procurando que la familia cumpla un rol socializador, incidiendo sobre las pautas educativas y desarrollo de estilos de comunicación más eficaces, relaciones de ayuda y expresión de la afectividad.

El papel del psicólogo desde una intervención comunitaria está orientado a diseñar, ejecutar, y evaluar programas que favorezcan cambios de actitud en la sociedad con respecto a la estigmatización y prejuicio que dificultan la integración e inserción de estas minorías sociales, mediante un incremento de la sensibilización y la tolerancia social.

8. Cooperación para el desarrollo

El papel del psicólogo en la cooperación será proporcionar al diseño de estos planes el elemento psicosocial. Para ello deberá estudiar cada una de las situaciones en concreto de la manera más amplia, sin olvidar el aspecto antropológico-cultural y del medio ambiente, con la finalidad de predecir y optimizar los efectos psicológicos y sociales de dichos planes.

Muchos de los psicólogos de este sector están trabajando en programas de cooperación en países con situaciones extremadamente difíciles, bien sea por el nivel de pobreza de estas comunidades, por situaciones de guerra o de posguerra, o interviniendo ante acontecimientos catastróficos. En todas estas situaciones el psicólogo añade a los recursos materiales y económicos movilizados, el elemento de atención a individuos y grupos afectados por estos acontecimientos extremos. Casi todas las técnicas de la intervención social a sus diferentes niveles (individual, grupal, comunitario) son pertinentes en este caso, tratando de asumir las circunstancias adversas y generar recursos para una superación en el menor tiempo posible.

9. Psicología Ambiental

Una de las finalidades que persigue el psicólogo ambiental son las de una conducta ecológica responsable, es decir, un cambio en los patrones de relación entre el individuo y su medio. Desde los clásicos estudios de cómo preservar los parques y jardines de las ciudades, hasta la educación de los ciudadanos en el tratamiento de residuos, consumo de energías, etc., son objetivos en los que el psicólogo se ha venido implicando. El estudio sobre actitudes ante el medio, preferencias ambientales, relaciones entre salud y entorno, percepción de riesgos, etc., han ayudado al desarrollo de programas para cubrir estos objetivos.

Otro campo importante ha sido la adaptación de determinados ambientes a las características de los usuarios, caso de las colaboraciones de los psicólogos en planes de urbanismo, o más en concreto en la construcción de viviendas para personas mayores, discapacitados, o cualquier otro colectivo de especiales necesidades.

10. Otros sectores emergentes

Uno de los sectores de intervención que aparece como más relevantes en la actualidad es el que tiene que ver con el tiempo libre y su ocupación. Detrás del ocio se encuentra un modelo de sociedad y unos determinantes de recursos disponibles, educación, facilidad de acceso, valores, etc., que configuran un campo psicosocial muy importante.

La intervención del psicólogo se realiza en el ámbito empresarial que diseña estas ofertas, el diseño e intervención en los programas de animación socio-turística, y los programas de ocio destinados a determinados colectivos como la tercera edad o jóvenes con problemas de adaptación social.

Otro sector emergente es el de los medios de comunicación. Si bien su incidencia sobre los patrones de comportamiento de una comunidad son un tópico clásico de la psicología social, la enorme y creciente presencia que estos medios están teniendo en la vida familiar y social de los individuos lo ha convertido en la actualidad en una demanda social de intervención.

El potencial formativo y las posibilidades de transmitir y configurar nuevos lenguajes, normas, valores, patrones de conducta, actitudes, etc., supone la necesidad de un aporte desde el enfoque de la PSIS. El diseño de programas educativos, las tomas de decisiones con respecto a los contenidos y su repercusión sobre ciertas edades o ciertos colectivos (mujer, minorías, por ejemplo), el estudio de las representaciones sociales que se promueven desde los medios, los controles de calidad de la información, son algunos de los campos más desarrollados.

Servicios socioculturales y a la comunidad

Técnico superior en Integración social

Grado superior

1700 horas. (2 cursos académicos)

 
 

¿De qué trabajarás?

  • Educador de discapacitados (físicos, psíquicos y sensoriales).
  • Técnico en programas de ayuda a domicilio.
  • Técnico en programas de prevención e inserción de personas en riesgo de marginación social.
  • Técnico en inserción ocupacional.

 

¿Dónde trabajarás?

En administraciones, centros de servicios sociales, centros de acogida, centros de inserción ocupacional y profesional, programas de prevención o inserción social.

 

¿Qué estudiarás?

Créditos Duración
Contexto y metodología de la intervención social 210 horas
Atención a las unidades de convivencia 150 horas
Habilidades de autonomía personal y social 190 horas
Inserción ocupacional 150 horas
Pautas básicas y sistemas alternativos de comunicación 210 horas
Bases antropológicas y psicosociológicas 120 horas
Formación y orientación laboral 60 horas
Formación en centros de trabajo 420 horas
Síntesis 60 horas
 

Acceso a los estudios universitarios:

  • Licenciado en Psicología.
  • Licenciado en Pedagogía.
  • Licenciado en Sociología.
  • Maestro (todas las especialidades).
  • Diplomado en Educación Social.
  • Diplomado en Enfermería.
  • Diplomado en Logopedia.
  • Diplomado en Podología.
  • Diplomado en Trabajo Social.
  • Diplomado en Terapia Ocupacional.
  • Diplomado en Turismo.
  • Maestro.

Fuente: xtec

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